Alaïa y Balenciaga tienen más en común de lo que uno puede imaginar. La primera vez que supe de la existencia de Azzedine Alaïa, fue cuando de septiembre de 2013 a enero de 2014, el Palais Galliera o Museo de la Moda de Paris, creó una exposición con 61 vestidos de este creador que yo desconocía completamente. Quedé enamorada de sus vestidos absolutamente perfectos, como hechos sobre el cuerpo de una mujer, moldeados como esculturas. Ahora nuevamente tuve el placer de ver sus creaciones junto a algunas del maestro Balenciaga. Aquí les cuento todo.
Quien era Azzedine Alaïa
Azzedine Alaïa fue un costurero y creador de moda que nació en Tunez en 1935 y se mudó a París hacia 1955. Su trabajo silencioso pero maravillosamente exigente lo destacó rápidamente en las altas esferas de la moda. Se convirtió en una leyenda por sus vestidos ultra pegados al cuerpo de la mujer. Para Alaïa, lo más importante era la confección del vestido, pues para él una mujer no se vestía con dibujos, por lo tanto, sabía hacer todo un vestido de principio a fin (lo que no es el caso de muchos grandes diseñadores, incluyendo a Dior y Chanel). Fue discreto y nunca se dejó imponer el acelerado ritmo de las temporadas y de los grandes shows y mucho menos de las tendencias. Libre, independiente y auténtico, el pequeño Alaïa, medía 1.55 metros y siempre se vestía de negro con blusas de cuello chino, pero es considerado por muchos como el último grand couturier. Murió accidentalmente en Paris el 18 de noviembre de 2017.
La exposición Alaïa y Balenciaga, escultores de la forma
Ahora en Paris, y hasta el 3 de enero de 2021, se puede disfrutar de una exposición no solo de vestidos de Alaïa sino de Balenciaga. Aquí va la historia:
Resulta que cuando “el Maestro de Maestros”, Cristobal Balenciaga decidió en 1968 cerrar su casa de modas en la avenida Georges V, su directora general debía tomar decisiones sobre qué hacer con el inventario de vestidos y telas que tenían, a quien vendérselos.
En ese momento el nombre de Alaïa empezaba a circular en el mundo de la couture. Por esta razón, Mademoiselle Renée lo invita a elegir libremente los modelos que él considerase pudieran ser reajustados para otras personas, y se los vendió a un precio justo.
Alaïa regresó a su atelier con dos bolsas llenas, principalmente vestidos de noche de 1955. Un día, su segunda asistente del atelier, tomó uno de esos vestidos y lo utilizó para tomar una parte de la tela para otro vestido. Al ver esto Alaïa entendió que esos vestidos eran un patrimonio y que no debían tocarse, sino conservarse.
A Alaïa le llegaban muchas clientas que le pedían cortar vestidos de Balenciaga, y él les proponía hacerles vestidos nuevos a cambio de piezas que ellas querían cortar o modificar. Desde ese entonces, Alaïa entendió la importancia de conservar estas creaciones como un patrimonio para las generaciones futuras. De allí su incansable deseo de coleccionar moda y arte. Gracias a él, estas piezas únicas y valiosísimas para la historia y la moda actual, existen y se quedaron en Francia.
Qué caracterizan las creaciones de Alaïa y Balenciaga
Cristobal Balenciaga, el costurero de costureros, tuvo una influencia muy importante en la evolución de la silueta de la mujer durante la primera mitad del siglo. Se caracterizaba por la sobriedad, el uso de colores, la introducción de el encaje y los bordados en los vestidos y unas formas más libres y cómodas.
El punto común entre Alaïa y Balenciaga es que sus creaciones son atemporales, ambos eran maestros del corte y en ambos se siente la búsqueda de la costura invisible. Sus vestidos son como piezas de arte, perfectamente tallados, que parecieran sostenerse por si mismos y que tienen vida y gracia propia. Son vestidos que a pesar de ser muy bien estructurados dan la impresión de comodidad total.
Ambos usaban mucho el negro. Balenciaga en diferentes tonalidades y Alaïa en diferentes texturas, siempre en la búsqueda de la más alta exigencia.
Otro punto común de estos dos grandes costureros, es que ambos fueron silenciosos, herméticos a los efectos de las tendencias y fieles a la figura femenina, nunca tuvieron miedo de rechazar el sistema ni la mediatización y ambos se dieron a conocer por el boca en boca, por su trabajo y su excelencia.
Lo que nos gustó de la exposición Alaïa y Balenciaga:
- En esta exposición los vestidos están junto al visitante, no hay una vitrina que los separe, un muro de vidrio. Uno se puede acercar tranquilamente (sin tocar obviamente) y observar las costuras, el detalle. Nunca había tenido un vestido de alta costura tan cerca de mi.
- Te permite observar y comparar el trabajo de ambos creadores, que nacieron y trabajaron en momentos diferentes de la historia de la moda, pero tan parecidos en su lealtad al cuerpo de la mujer, a su estética.
- Está curada de forma simple y a la vez elegante.
- El precio es mas que aceptable: 5€ para disfrutar de este patrimonio de la moda, es un regalo.
Así que si están en Paris y no saben qué hacer, ya saben que pueden ver nuestras Guías Detalladas para no perderse de lo mejor de la ciudad, y también pueden venir a ver esta maravillosa exposición organizada por la Fundación Alaïa en el corazón del Marais.
Información Práctica
Fundación Azzedine Alaïa. Dirección: 18 Rue de la Verrerie 75004, Paris. Horarios: de lunes a domingo de 11h00 a 19h00 (7 p.m.). Precio: 5€.
Paris y su moda te esperan.
No dejes de soñar.